La Nación hace una divertida nota sobre los puestos de venta de choripanes y hamburguesa (y vacíopan) que brotan como hongos por la costanera sur, a metros del exclusivísimo Puerto Madero. Se queja el diario de la falta de controles y el peligro que supone para los consumidores. El cronista entrevistó a uno de ellos y su frase merece un lugar en el blog parrillero:
"Lo que pasa es que es rico y barato, y se disfruta de un paisaje increíble"Dijo Miguel, que degustaba un choripán con llamativa coloración rojiza.
2 comentarios:
La denominación de "barril de chapa" que usa el articulista denigra a un genuino artefacto patagónico: el entrañable "chulengo" (por su aspecto similar a la cría del guanaco) que usamos por estos pagos australes.
Aparte de ello, tiempo atrás observé cómo uno de los puesteros de la Costanera "refrescaba" su materia prima en las aguas del río color de león. Está bien que el fuego mata todo, pero...
A proposito de los puestitos dela Costanera. Tienen un truco de marketing que es mezclar grasa con ajo para tirarlo sobre la brasa y producir ese olorcito irresistible que cuando pasás con el auto te invita a frenar en medio de la avenida.
Pero de acuerdo con lo que dice arriba el amigo Mastroscello, tentarse es suicida.
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